SI YO FUERA papá
Sería hombre y no mujer.
A veces quisiera serlo, a veces no.
Ser hombre no es fácil. Ser mujer tampoco. Ser persona
tampoco. Y ser persona es ser.
No hay diferencia ni hay similitud. Un hombre es un hombre,
y una mujer, una mujer. Y no hay más semejanza ni diferencias.
Ser papá es la ternura, la protección y el mantener.
Un hombre siempre debe ser hombre, y un papá debe ser siempre
papá.
No hay tregua. No hay final. El listón siempre estará bien
alto.
Por eso si fuera papá y no mamá como soy, lloraría,
gritaría, reiría y le diría a todos lo que los quiero. Llenaría de amor y
dulzura la vida de los que me rodean. Abrazaría a todo aquél que lo necesitara.
Preguntaría que puedo hacer por mejorar la vida de los míos. Cantaría una nana
para dormirles, y las mañanitas para despertarles. Entendería lo que les pasa,
porque me pondría en el lugar de los demás. Escucharía pacientemente todo lo
que me contaran tranquilamente. Dedicaría mi tiempo libre a estar con los míos.
Aumentaría mi tiempo de dedicación a las cosas que son verdaderamente
importantes. Les diría a los que me importan todo lo que les quiero.
Si fuera papá diría lo que pienso sin herir a nadie. Acunaría
los miedos y espantaría los olvidos. Tomaría un respiro en todas mis
responsabilidades para poder pensar un poco en mí y un poco en todos. Viviría la
vida como si se fuera a acabar. Bebería de la vida lo que me quisiera dar. Mediría
de la vida lo medible sin asustarme.
Si fuera papá, no dudaría un instante de nada de lo que hago.
Me llenaría de confianza para envalentonar a los que me rodean. Me llenaría de
razones que evitaran sus horrores. Tendría llenas las manos de ideas que pudiéramos
poner en práctica. Tendría motivos suficientes para hacer lo que hago.
Si fuera papá, sería grande y protector, como un gran oso
cariñoso que no quiere hacer daño. Mediría dos metros y llegaría con las manos
a todos los sitios y a todos los corazones, evitando sufrimientos innecesarios
a los que más quiero.
Si fuera papá, dictaría leyes, leyes importantes y
trascendentes que pusieran cada cosa en su sitio, cada persona en su lugar. La leyes
que dictara, no obligarían, sólo servirían para cumplirlas si estuvieras de
acuerdo con ellas, y si no lo estuvieras, pudieras intentar cambiarlas. Y si no
lo consiguieras, seguirías intentándolo.
Si fuera papá, sería grande, fuerte, cariñoso, dulce,
amable, sería un gran papá porque para no ser un gran papá, prefiero no cambiar
de estado y seguir siendo una mamá más.
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